PORQUE NOS SUMAMOS AL MOVIMIENTO NACIONAL
ALFONSINISTA (MNA).
PORQUE VOTAMOS SCIOLI - ZANNINI.
ALFONSINISTA (MNA).
PORQUE VOTAMOS SCIOLI - ZANNINI.
1. LA TESIS DE LA MASCARADA
A partir de 2003 quienes no militábamos en las filas del Frente para la Victoria defendíamos y difundíamos la llamada tesis de la mascarada. Esta tesis sostenía que el gobierno nacional “se hacía” el progresista, con medidas tales como las de derechos humanos, la jubilación universal o decirle No al ALCA pero en realidad no tocaba la desigual distribución del ingreso.
Ahora bien, pasaban los años y el gobierno seguía sumando logros: asignación universal por hijo, matrimonio igualitario, nacionalización de los aportes previsionales, ley de medios, nacionalización de Aerolíneas e YPF, etc.
La tesis de la mascarada se derrumbaba pero muchos de nosotros seguíamos aferrados a ella porque habíamos vivido el menemismo y como sostiene Leandro Santoro estábamos educados para combatir al peronismo de derecha y no para comprender a un peronismo distinto, en sintonía con las nuevas izquierdas latinoamericanas.
Lo que al principio parecía inauténtico terminó siendo auténtico, y la mascarada resultó ser el discurso de la principal dirigente opositora, que cuando vio que la agenda progresista estaba ya en manos del gobierno se convirtió en la articuladora del gran frente pro establishment de la Argentina.
A partir de 2003 quienes no militábamos en las filas del Frente para la Victoria defendíamos y difundíamos la llamada tesis de la mascarada. Esta tesis sostenía que el gobierno nacional “se hacía” el progresista, con medidas tales como las de derechos humanos, la jubilación universal o decirle No al ALCA pero en realidad no tocaba la desigual distribución del ingreso.
Ahora bien, pasaban los años y el gobierno seguía sumando logros: asignación universal por hijo, matrimonio igualitario, nacionalización de los aportes previsionales, ley de medios, nacionalización de Aerolíneas e YPF, etc.
La tesis de la mascarada se derrumbaba pero muchos de nosotros seguíamos aferrados a ella porque habíamos vivido el menemismo y como sostiene Leandro Santoro estábamos educados para combatir al peronismo de derecha y no para comprender a un peronismo distinto, en sintonía con las nuevas izquierdas latinoamericanas.
Lo que al principio parecía inauténtico terminó siendo auténtico, y la mascarada resultó ser el discurso de la principal dirigente opositora, que cuando vio que la agenda progresista estaba ya en manos del gobierno se convirtió en la articuladora del gran frente pro establishment de la Argentina.
2. EL FRACASO DE LAS APUESTAS TERCERISTAS
Frente a un gobierno nacional que se consolidaba en todas las elecciones ejecutivas se plantó un espacio que quiso ser distante tanto del FPV como de los poderes fácticos, representados por el PRO.
Las experiencias de la CC en 2007, del ACyS en 2009, del FAP en 2011 y del UNEN en 2013 fueron inconsistentes y breves.
Inconsistentes porque no tenían un programa común de gobierno consensuado y breves por las grandes dificultades de articulación de las distintas fuerzas en general y sus dirigentes en particular.
Ahora bien… ¿porque no caminó la socialdemocracia en Argentina?
La primera respuesta es sencilla: porque la socialdemocracia se asienta sobre la clase trabajadora, que en nuestro país es mayoritariamente peronista.
La segunda es un poco más compleja. Entre 1983 y 1987 y entre 1997 y 1999 se establecieron coaliciones electorales exitosas encabezadas por el radicalismo y apoyadas por sectores socialistas, peronistas e independientes que vieron en el liderazgo de Raúl Alfonsín y en la esperanza de la Alianza una alternativa de cambio potente en Argentina.
Esa coalición no pudo ser reflotada en el siglo XXI por más de una razón.
Frente a un gobierno nacional que se consolidaba en todas las elecciones ejecutivas se plantó un espacio que quiso ser distante tanto del FPV como de los poderes fácticos, representados por el PRO.
Las experiencias de la CC en 2007, del ACyS en 2009, del FAP en 2011 y del UNEN en 2013 fueron inconsistentes y breves.
Inconsistentes porque no tenían un programa común de gobierno consensuado y breves por las grandes dificultades de articulación de las distintas fuerzas en general y sus dirigentes en particular.
Ahora bien… ¿porque no caminó la socialdemocracia en Argentina?
La primera respuesta es sencilla: porque la socialdemocracia se asienta sobre la clase trabajadora, que en nuestro país es mayoritariamente peronista.
La segunda es un poco más compleja. Entre 1983 y 1987 y entre 1997 y 1999 se establecieron coaliciones electorales exitosas encabezadas por el radicalismo y apoyadas por sectores socialistas, peronistas e independientes que vieron en el liderazgo de Raúl Alfonsín y en la esperanza de la Alianza una alternativa de cambio potente en Argentina.
Esa coalición no pudo ser reflotada en el siglo XXI por más de una razón.
3. LA CAIDA DEL MURO DE BALBIN
La caída del muro de Berlín a fines del siglo XX significó la pérdida de un conjunto de certezas: la certeza de que la historia avanzaba dialécticamente, que el socialismo era mas avanzado que el capitalismo y que la clase trabajadora triunfaría inexorablemente.
En nuestro país el desastroso gobierno de Fernando De la Rúa, continuador de las políticas neoliberales del menemismo, terminó con las certezas básicas que la UCR había ofrecido en sus mas de cien años de vida, a las cuales llamamos Muro de Balbín: la certeza de que la UCR siempre gobernaba a favor del interés nacional, la certeza de que expresaba y defendía a los sectores medios y la certeza de que era garante de las libertades públicas.
El gobierno aliancista comenzó descontando el sueldo de trabajadores públicos y jubilados, siguió promoviendo la flexibilización laboral y terminó con estado de sitio y represión en el marco de la mayor crisis económica, social y política conocida, llevándonos, como señala el manifiesto fundacional del MNA, al borde de la disolución del Estado nacional.
La UCR ya no era garante de esas certezas básicas que le habían dado un alto piso electoral a lo largo de su historia, el Muro de Balbín había caído y muchos radicales partimos a partidos neorradicales (como ARI o GEN) a intentar llevar la piedra de nuevo a la cima de la montaña, sin darnos cuenta que, como Sísifo, en cada intento la piedra se nos venía abajo antes de alcanzar la cima.
La caída del muro de Berlín a fines del siglo XX significó la pérdida de un conjunto de certezas: la certeza de que la historia avanzaba dialécticamente, que el socialismo era mas avanzado que el capitalismo y que la clase trabajadora triunfaría inexorablemente.
En nuestro país el desastroso gobierno de Fernando De la Rúa, continuador de las políticas neoliberales del menemismo, terminó con las certezas básicas que la UCR había ofrecido en sus mas de cien años de vida, a las cuales llamamos Muro de Balbín: la certeza de que la UCR siempre gobernaba a favor del interés nacional, la certeza de que expresaba y defendía a los sectores medios y la certeza de que era garante de las libertades públicas.
El gobierno aliancista comenzó descontando el sueldo de trabajadores públicos y jubilados, siguió promoviendo la flexibilización laboral y terminó con estado de sitio y represión en el marco de la mayor crisis económica, social y política conocida, llevándonos, como señala el manifiesto fundacional del MNA, al borde de la disolución del Estado nacional.
La UCR ya no era garante de esas certezas básicas que le habían dado un alto piso electoral a lo largo de su historia, el Muro de Balbín había caído y muchos radicales partimos a partidos neorradicales (como ARI o GEN) a intentar llevar la piedra de nuevo a la cima de la montaña, sin darnos cuenta que, como Sísifo, en cada intento la piedra se nos venía abajo antes de alcanzar la cima.
4. EL FRENTE AMPLIO… ESTABA DELANTE NUESTRO !!
Mientras los gobiernos del FPV a la vez impulsaban políticas públicas progresistas y repolitizaban a la sociedad, consiguiendo la incorporación a la militancia de miles de jóvenes en todo el país, la mayoría de los terceristas apostaban a un revival de 1997: denuncias mediáticas, desprecio a la militancia y a la organización social y partidaria y política de notables, reunidos para legitimar candidaturas o prestigiar propuestas en algún elegante hotel siempre cercano a la Plaza Vicente López de Buenos Aires.
El FPV fueron muchos, en territorio, unidos y organizados y los terceristas en general fueron pocos, mediáticos, y siempre al borde de la ruptura en el marco de disputas menores o vedetismos.
Los terceristas decían que querían replicar el Frente Amplio uruguayo en esta orilla del Plata, sin reparar en que a) en Uruguay los trabajadores son la base del FA, b) en Argentina fue el FPV el que se transformó de a poco en un FA, logrando amalgamar a quienes venían de tradiciones y experiencias diversas como radicalismo, socialismo, comunismo, cta, etc. y c) el propio Pepe Mujica declaró que si fuera argentino… sería peronista !
Mientras los gobiernos del FPV a la vez impulsaban políticas públicas progresistas y repolitizaban a la sociedad, consiguiendo la incorporación a la militancia de miles de jóvenes en todo el país, la mayoría de los terceristas apostaban a un revival de 1997: denuncias mediáticas, desprecio a la militancia y a la organización social y partidaria y política de notables, reunidos para legitimar candidaturas o prestigiar propuestas en algún elegante hotel siempre cercano a la Plaza Vicente López de Buenos Aires.
El FPV fueron muchos, en territorio, unidos y organizados y los terceristas en general fueron pocos, mediáticos, y siempre al borde de la ruptura en el marco de disputas menores o vedetismos.
Los terceristas decían que querían replicar el Frente Amplio uruguayo en esta orilla del Plata, sin reparar en que a) en Uruguay los trabajadores son la base del FA, b) en Argentina fue el FPV el que se transformó de a poco en un FA, logrando amalgamar a quienes venían de tradiciones y experiencias diversas como radicalismo, socialismo, comunismo, cta, etc. y c) el propio Pepe Mujica declaró que si fuera argentino… sería peronista !
5. SANTA FE… NO SE NACIONALIZA MAS !!
Párrafo aparte merece la experiencia socialista en Santa Fe. El Partido Socialista, fundado en 1896, alcanzó en 1989, casi 100 años después, la intendencia de Rosario, la tercera ciudad argentina, y en 2007 la gobernación de Santa Fe con una amplia coalición política junto a la UCR, sectores peronistas e independientes, con una base social de sectores medios y populares, una suerte de socialdemocracia con ritmo de cumbia.
Sin embargo fueron en vano los intentos de replicar nacionalmente ese Frente, que a duras penas conservó la gobernación en 2015 por sólo 1500 votos y que en un cuarto de siglo no se ha expandido siquiera a ciudades vecinas como Victoria (Entre Ríos) o San Francisco (Córdoba).
Por otra parte replicar este Frente a nivel nacional implicaría hacer pie en el Gran Buenos Aires, donde viven uno de cada cuatro argentinos.
En el Gran Buenos Aires, con excepción de los señalados periodos 1983/87 y 1997/99 la hegemonía del justicialismo ha sido absoluta y en algunos distritos, y en el corte de edad de menores de 35 años el Frente de Izquierda y los Trabajadores supera hoy en nivel de conocimiento y votos efectivos a la suma de las expresiones cívicas, radicales o socialistas.
Párrafo aparte merece la experiencia socialista en Santa Fe. El Partido Socialista, fundado en 1896, alcanzó en 1989, casi 100 años después, la intendencia de Rosario, la tercera ciudad argentina, y en 2007 la gobernación de Santa Fe con una amplia coalición política junto a la UCR, sectores peronistas e independientes, con una base social de sectores medios y populares, una suerte de socialdemocracia con ritmo de cumbia.
Sin embargo fueron en vano los intentos de replicar nacionalmente ese Frente, que a duras penas conservó la gobernación en 2015 por sólo 1500 votos y que en un cuarto de siglo no se ha expandido siquiera a ciudades vecinas como Victoria (Entre Ríos) o San Francisco (Córdoba).
Por otra parte replicar este Frente a nivel nacional implicaría hacer pie en el Gran Buenos Aires, donde viven uno de cada cuatro argentinos.
En el Gran Buenos Aires, con excepción de los señalados periodos 1983/87 y 1997/99 la hegemonía del justicialismo ha sido absoluta y en algunos distritos, y en el corte de edad de menores de 35 años el Frente de Izquierda y los Trabajadores supera hoy en nivel de conocimiento y votos efectivos a la suma de las expresiones cívicas, radicales o socialistas.
6. ¿RECONSTRUIR LA HINCHADA DE ALUMNI?
Quienes con honestidad y perseverancia apuestan a la recreación de ese formidable encuentro entre capas medias y medias bajas, o entre las tradiciones radicales y socialistas y algún tipo de pata peronista espantada (ya sea por el recuerdo del gobierno de María Estela Martínez en los años 80 o por el menemismo en los años 90) apuestan en verdad a la reconstrucción de una hinchada que no existe más.
Nadie debería olvidar las glorias de Alumni en los comienzos del fútbol nacional, pero los hijos y nietos de los hinchas de Alumni hoy son hinchas de Boca, de River, de los cuadros realmente existentes.
Cuatro grandes dificultades tienen quienes apuestan a la reconstrucción de la hinchada socialdemócrata del 83 o del 97:
a) La Alianza UCR FrePaSo gobernó claramente en contra de los trabajadores y las capas medias, amplió la exclusión social y dejó un recuerdo tristemente indeleble en la memoria nacional.
b) Los mayoría de los estudiantes, docentes, escritores, investigadores, intelectuales, actores y músicos que acompañaron a Alfonsín en los años 80 y a Chacho Álvarez en los años 90 hoy se identifica, y por buenas razones, con el kirchnerismo.
Revisemos por ejemplo al rock nacional: García, Páez, Solari, Calamaro… todos kirchneristas ! y lo mismo nos pasará si revisamos nuestra biblioteca, los programas que miramos, los profesores que tuvimos y los rectores que tenemos, o gran parte de nuestros propios compañeros de militancia franjista o de la juventud radical.
c) Los sectores combativos que aún hoy sostienen la tesis de la mascarada y postulan la necesidad de un gobierno “verdaderamente progresista”… son clasistas ! y por lo tanto están tan lejos del actual gobierno como de la oposición socialdemócrata marginal, resultando un disparate imaginar un frente político o gobierno integrado por socialdemócratas marginales y clasistas combativos o trotskistas.
d) Se ha reducido la militancia socialdemócrata joven en barrios y universidades, no por impericia o flojera de dirigentes y militantes, sino por la dificultad que presenta ser opositor a un gobierno que ha gobernado objetivamente a favor de los jóvenes, estudiantes y docentes aumentando el presupuesto educativo, creando universidades, elevando los sueldos docentes, construyendo infraestructura, creando las becas del Bicentenario y Progresar, etc. La militancia franjista y socialista nucleada en el Club de la Reforma es un espacio de valor pero, con algunas excepciones, los ex dirigentes estudiantiles de los años 90 se encuentran condenados, por la marginalidad socialdemócrata, a ser sólo analistas de la realidad y organizadores de charlas debate.
Quienes con honestidad y perseverancia apuestan a la recreación de ese formidable encuentro entre capas medias y medias bajas, o entre las tradiciones radicales y socialistas y algún tipo de pata peronista espantada (ya sea por el recuerdo del gobierno de María Estela Martínez en los años 80 o por el menemismo en los años 90) apuestan en verdad a la reconstrucción de una hinchada que no existe más.
Nadie debería olvidar las glorias de Alumni en los comienzos del fútbol nacional, pero los hijos y nietos de los hinchas de Alumni hoy son hinchas de Boca, de River, de los cuadros realmente existentes.
Cuatro grandes dificultades tienen quienes apuestan a la reconstrucción de la hinchada socialdemócrata del 83 o del 97:
a) La Alianza UCR FrePaSo gobernó claramente en contra de los trabajadores y las capas medias, amplió la exclusión social y dejó un recuerdo tristemente indeleble en la memoria nacional.
b) Los mayoría de los estudiantes, docentes, escritores, investigadores, intelectuales, actores y músicos que acompañaron a Alfonsín en los años 80 y a Chacho Álvarez en los años 90 hoy se identifica, y por buenas razones, con el kirchnerismo.
Revisemos por ejemplo al rock nacional: García, Páez, Solari, Calamaro… todos kirchneristas ! y lo mismo nos pasará si revisamos nuestra biblioteca, los programas que miramos, los profesores que tuvimos y los rectores que tenemos, o gran parte de nuestros propios compañeros de militancia franjista o de la juventud radical.
c) Los sectores combativos que aún hoy sostienen la tesis de la mascarada y postulan la necesidad de un gobierno “verdaderamente progresista”… son clasistas ! y por lo tanto están tan lejos del actual gobierno como de la oposición socialdemócrata marginal, resultando un disparate imaginar un frente político o gobierno integrado por socialdemócratas marginales y clasistas combativos o trotskistas.
d) Se ha reducido la militancia socialdemócrata joven en barrios y universidades, no por impericia o flojera de dirigentes y militantes, sino por la dificultad que presenta ser opositor a un gobierno que ha gobernado objetivamente a favor de los jóvenes, estudiantes y docentes aumentando el presupuesto educativo, creando universidades, elevando los sueldos docentes, construyendo infraestructura, creando las becas del Bicentenario y Progresar, etc. La militancia franjista y socialista nucleada en el Club de la Reforma es un espacio de valor pero, con algunas excepciones, los ex dirigentes estudiantiles de los años 90 se encuentran condenados, por la marginalidad socialdemócrata, a ser sólo analistas de la realidad y organizadores de charlas debate.
7. GUALEGUAYCHU LATINOAMERICANIZA EL MAPA POLITICO
El respaldo de la Convención nacional de la UCR a un acuerdo con PRO en marzo de 2015, lejos de afectar sólo al radicalismo, cambia el escenario político nacional, ya que clausura la posibilidad real de construcción de un tercer espacio distante tanto de PRO como del FPV.
Esta decisión, como señaló Leopoldo Moreau, se apoyó en la idea de oponer a la República contra el Populismo, creando una falsa antinomia. Estuvo bien levantar las banderas republicanas en la salida de la dictadura, pero después de más de 30 años de democracia es un error decir que la democracia está en riesgo.
Gualeguaychú clausura el tercerismo, colocando en la marginalidad a los otros partidos que habían integrado el ACyS, FAP o UNEN, instala la falsa antinomia Republica vs. Populismo y a la vez despeja el escenario político dejando en el centro dos grandes frentes, uno de centro izquierda y otro de centro derecha, como sucede en la mayoría de los países latinoamericanos y como anticipara Néstor Kirchner que se iba a ordenar el mapa político hace una década.
La decisión de muchos dirigentes y militantes de participar del Frente Cambiemos fue sin embargo una decisión honesta, tanto por el alto porcentaje de coincidencias entre la UCR y PRO en las votaciones en el Congreso nacional como por lo que arrojan los “focus group” de electores: a la mayoría de los votantes de origen radical no les desagrada votar a Mauricio Macri. No se trata de un antiperonismo virulento ni clasista, simplemente “les viene bien” votar al mas competitivo frente al gobierno colocando en un segundo plano los intereses que pudiera representar o las políticas que llevaría a cabo en caso de ser gobierno.
Este nuevo mapa político está para quedarse y no es razonable apostar a que en el mediano plazo un pequeño tercer espacio, federando tres o cuatro referentes provinciales jóvenes y exitosos, crezca y termine siendo una alternativa que dispute el gobierno en Argentina.
Resulta en cambio mas probable que se repita lo que ya sucedió con CC, con ACyS, con FAP y con UNEN, sumas de targets electorales inconsistentes y con escasa propensión a la solidaridad, la cooperación, la organización y la perseverancia.
El Movimiento Nacional Alfonsinista, reivindicando la política, la solidaridad y lo colectivo, se presenta como un cauce de participación para todos los que provenientes del radicalismo y reivindicando los legados de Yrigoyen y Alfonsín nos encolumnamos detrás de las consignas de democracia para siempre y patria para todos.
El respaldo de la Convención nacional de la UCR a un acuerdo con PRO en marzo de 2015, lejos de afectar sólo al radicalismo, cambia el escenario político nacional, ya que clausura la posibilidad real de construcción de un tercer espacio distante tanto de PRO como del FPV.
Esta decisión, como señaló Leopoldo Moreau, se apoyó en la idea de oponer a la República contra el Populismo, creando una falsa antinomia. Estuvo bien levantar las banderas republicanas en la salida de la dictadura, pero después de más de 30 años de democracia es un error decir que la democracia está en riesgo.
Gualeguaychú clausura el tercerismo, colocando en la marginalidad a los otros partidos que habían integrado el ACyS, FAP o UNEN, instala la falsa antinomia Republica vs. Populismo y a la vez despeja el escenario político dejando en el centro dos grandes frentes, uno de centro izquierda y otro de centro derecha, como sucede en la mayoría de los países latinoamericanos y como anticipara Néstor Kirchner que se iba a ordenar el mapa político hace una década.
La decisión de muchos dirigentes y militantes de participar del Frente Cambiemos fue sin embargo una decisión honesta, tanto por el alto porcentaje de coincidencias entre la UCR y PRO en las votaciones en el Congreso nacional como por lo que arrojan los “focus group” de electores: a la mayoría de los votantes de origen radical no les desagrada votar a Mauricio Macri. No se trata de un antiperonismo virulento ni clasista, simplemente “les viene bien” votar al mas competitivo frente al gobierno colocando en un segundo plano los intereses que pudiera representar o las políticas que llevaría a cabo en caso de ser gobierno.
Este nuevo mapa político está para quedarse y no es razonable apostar a que en el mediano plazo un pequeño tercer espacio, federando tres o cuatro referentes provinciales jóvenes y exitosos, crezca y termine siendo una alternativa que dispute el gobierno en Argentina.
Resulta en cambio mas probable que se repita lo que ya sucedió con CC, con ACyS, con FAP y con UNEN, sumas de targets electorales inconsistentes y con escasa propensión a la solidaridad, la cooperación, la organización y la perseverancia.
El Movimiento Nacional Alfonsinista, reivindicando la política, la solidaridad y lo colectivo, se presenta como un cauce de participación para todos los que provenientes del radicalismo y reivindicando los legados de Yrigoyen y Alfonsín nos encolumnamos detrás de las consignas de democracia para siempre y patria para todos.
8. PORQUE VOTAMOS SCIOLI - ZANNINI
Porque es, de las dos fórmulas con posibilidades de acceder al gobierno nacional, la que expresa la continuidad de los logros obtenidos en estos años: la ampliación de derechos, la intervención del Estado en la economía, el avance en la integración latinoamericana, la redistribución del ingreso, la defensa de la educación y la salud públicas, etc.
Porque la fórmula encabezada por el ingeniero Macri no convertirá al país en un maravilloso territorio lleno de bellas bicisendas y veloces metrobuses.
Macri, más allá incluso de su propia capacidad de rectificarse y de las políticas implementadas en su gobierno local, por los intereses que lo acompañan y por el marco de acuerdo regional en que se inserta no podría sino aplicar los llamados “7 mandamientos” de José Luis Espert: reducción del gasto público y los planes sociales, suba de tarifas, devaluación del peso, sumisión a los fallos de los organismos internacionales, eliminación de las retenciones a la soja, reducción del Estado y fin de las paritarias.
Frente al riesgo del retroceso en términos de soberanía nacional e inclusión social este domingo fiscalicemos y votemos desde Los Irrompibles en el MNA a Scioli – Zannini por más democracia, más integración y más inclusión.
Porque es, de las dos fórmulas con posibilidades de acceder al gobierno nacional, la que expresa la continuidad de los logros obtenidos en estos años: la ampliación de derechos, la intervención del Estado en la economía, el avance en la integración latinoamericana, la redistribución del ingreso, la defensa de la educación y la salud públicas, etc.
Porque la fórmula encabezada por el ingeniero Macri no convertirá al país en un maravilloso territorio lleno de bellas bicisendas y veloces metrobuses.
Macri, más allá incluso de su propia capacidad de rectificarse y de las políticas implementadas en su gobierno local, por los intereses que lo acompañan y por el marco de acuerdo regional en que se inserta no podría sino aplicar los llamados “7 mandamientos” de José Luis Espert: reducción del gasto público y los planes sociales, suba de tarifas, devaluación del peso, sumisión a los fallos de los organismos internacionales, eliminación de las retenciones a la soja, reducción del Estado y fin de las paritarias.
Frente al riesgo del retroceso en términos de soberanía nacional e inclusión social este domingo fiscalicemos y votemos desde Los Irrompibles en el MNA a Scioli – Zannini por más democracia, más integración y más inclusión.
Mariano ECHENIQUE (Lic. Cs. de la Educación)
